El evento también marcó el final de la temporada, que fue con broche de oro: “Fue cansador, sí. Pero hermoso. Después de tanto tiempo sin hacer un campeonato acá, fue lindo ver a tantos pequeños participando felices en una fiesta compartida”, resume el encargado de pistas y operaciones de La Parva, Davide Maquignaz.
Esa conexión entre el Club y el Centro fue clave. El coordinador agrega que “llevan nuestro nombre y eso también nos compromete a nosotros. Es la institución de esquí más importante del país y esta fue una oportunidad para cerrar el año deportivo de manera especial, juntos”.
Lo vivido en septiembre fue más que una competencia. Fue un hito para la comunidad, un desafío colectivo y una demostración de que se puede hacer alto rendimiento con calidez, alegría y excelencia con equipo.
Así lo concluye el director técnico, Pedro Pablo Rodríguez: “Cuando recibimos la copa de campeones nacionales, sentimos que era más que un trofeo. Era el resultado del trabajo de técnicos, apoderados, niños, directores y centro de esquí. Fue la confirmación de que, cuando hay pasión y compromiso, se pueden lograr cosas increíbles”.